domingo, 29 de noviembre de 2009

¿SUBVENCIÓN O MECENAZGO?

Se viene hablando y escribiendo mucho de las cuantiosas subvenciones gubernamentales que reciben ciertos cineastas y cantantes que, además, sirven de comparsa en manifestaciones públicas de ciertas ideologías o personajes.
Cierto es que el cine español, salvo honrosas excepciones, está sumido en la escasez de arte e imaginación. En definitiva, escasea la creatividad artística. Y cierto es también que las subvenciones que reciben productores, directores e indirectamente actores, son muy superiores a las cantidades recaudadas en taquilla por la proyección de las obras.
La cuestión es si el arte en general y el cine en particular se vuelven acomodaticios con la mano que suelta los dineros de las subvenciones, lo que supondría pérdida de libertad creativa y, como consecuencia, pérdida del arte.
Da la impresión, desde fuera, de que los artistas del cine no se han adaptado a las nuevas circunstancias artísticas, que no son otras que las circunstancias sociales, mientras que las salas de proyecciones han realizado las transformaciones necesarias para atraer al público, realizando en ocasiones inversiones cuantiosas.
Es posible que las subvenciones pudieran ser sustituidas por generosos mecenas que, como anteriormente, facilitaran con medios y dineros la creación de arte. Pero no será posible mientras no exista una ley del mecenazgo que incite a los posibles pagadores a dejarse sus dineros en la creación de arte.
Y el mecenazgo está más lejos de crear clientelismo que la subvención. Carlos IV y su familia no salieron muy favorecidos en el famoso retrato de Goya, por poner un ejemplo.
Si el arte tiene que ser complaciente, no será arte. Si los artistas tienen que agradecer con posturas y manifestaciones públicas a quien les tiene la mano repleta de dinero, no serán artistas.El arte es la expresión máxima de la libertad. Si se le quita la libertad, no es arte. Será otra cosa, pero no arte.

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