miércoles, 23 de diciembre de 2009

LOS POÉTICOS HUESOS DE FEDERICO

Pese a la oposición frontal de los herederos de Federico García Lorca (familia Montesinos), se han buscado los huesos del poeta allí donde se pensó que estaban y en lo que se empecinó el hispanista Ian Gibson. Pero, tras excavar en Alfacar, no se ha encontrado nada.

Y surge la primera cuestión: ¿hasta dónde son fiables los estudios de los hispanistas? No es cuestión moderna; ya estaba planteada.

Pero, ¿qué se pretendía con esta búsqueda que ha resultado fracasada? ¿Entrar en García Lorca por la puerta de la Memoria Histórica? Sin negar esa puerta, que no es negable, no parece la más adecuada. Sus ideas políticas y su actitud personal, fueron llevadas por García Lorca con una dignidad envidiable, aunque algunos han utilizado la experiencia de La Barraca como la expresión de la popularización de la cultura, que lo era, pero no esta estaba adscrita a otra bandera que a la de la cultura.

A García Lorca, como a cualquier artista, hay que entrar por la puerta de su obra. Y, por su temprana muerte, se ignora totalmente dónde hubiera llegado la magna obra del escritor granadino. Poeta, dramaturgo, músico, pintor…

Pero sin duda que La casa de Bernarda Alba, junto con Luces de Bohemia, de Valle, es una de las grandes obras del teatro español y que merece especial lugar, sin menospreciar a Lope y a Calderón.
Los huesos de Federico siguen siendo poéticos y van y vienen a la fragua con su polisón de nardos, como la luna a la que con asombro miraba el niño.

2 comentarios:

  1. ¡Muy bien, Curro! y en el aire conmovida mueve la luna sus brazos y enseña lúbrica y pura sus senos de duro estaño... Aún recuerdo cómo cantábamos esto acompañados ¡cómo no! de nuestra guitarra y con la música que le puso Ramón Sánchez-Infante.

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  2. Fíjate si hace años, Lino, y ya andábamos con Federico. Yo me tropecé con él alrededor de 63, con el Romancero. Aquí no se editaba y era una edición Argentina por la que pagué ¡25 pesetas!. Luego vendrían las obras completas, que Ligorio se bebió de un trago.
    Sigo sin negar la puerta de Memoria Histórica, pero el arte tiene otra puerta por la que entrar. Mucho me temo que la película recién estrenada sobre Jaime Gil de Viedma, más tire por el derrotero de su condición sexual que por su obra. ¡Qué lástima!

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